Hora en mi mundo

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San José, San José, Costa Rica
Escritor aspirante, Estudiante de inglés, Viajero en el velero de la vida

jueves, 24 de abril de 2008

Ya nadie habla de la Guerra de los Botones


Durante mi infancia, me vi parcialmente aislado del mundo de la televisión; mi padre así lo deseaba. Ahora se lo agradezco, aunque ese no sea el punto. El argumento sería que, aparte de las producciones de Disney que mi papá me impulsaba-obligaba a ver, muy pocas producciones en aquellos tiempos nutrian mis aspiraciones de aventura. Una de ellas -y sólo Dios sabe cómo llego a la televisión nacional- es la producción irlandesa de 1994,"War of the Buttons" (Guerra de los Botones). Se trata de una película de 94 min de diversión "inocente". El argumento es muy sencillo, dos bandas se enfrentan en un mismo condado por dominio territorial. Pero la contienda presenta una característica muy peculiar: los bandos litigantes están integrados por niños (para los que leyeron Marcos Ramírez o vivieron en una época en la cual las bandas de niños eran usuales, esto no resulta nada nuevo) y el objetivo principal es dañar el orgullo de la otra banda capturando a sus miembros y cortándoles los botones de las camisas. "Algunas guerras duran años, ésta tiene que haber acabado para la obra de la cena" fue la frase promocional del filme. El problema, no obstante, ya ha sido eviadenciado por el lector, el cual supongo se ha preguntado: ¿Qué rayos es la Guerra de los Botones? Ese es mi punto: nadie parece saberlo. Es una lástima que una idea tan ingeniosa haya pasado desapercibida. El concepto original es una novela (no me extraña en lo más minimo) escrita por Louis Pergaud y es bastante famosa en Francia. No obstante, de las adaptaciones al cine, es la irlandesa la que lograba emocionarme y la que les recomiendo, si confian en mi criterio, que vean.
No pude estar más feliz cuando encontré la pelicula en YouTube. Está en inglés, para mis amigos bilingües: http://www.youtube.com/watch?v=NDpAVFC5sm8
La pelicula ni siquiera tiene una versión en DVD, eso resulta una lástima.
Nadie habla de la guerra de los botones estos días, por eso decidí hacerlo yo.

sábado, 19 de abril de 2008

From Hi5 Journal Entries: Tom Sawyer a la orilla del mar


Huesos de peces, restos de langosta, una cabeza de cangrejo y una sandalia de náufrago: la lista perfecta de objetos de intercambio si "Las Aventuras de Tom Sawyer" se hubiese desarrollado a orillas del mar y no en la ribera del Mississippi. El sistema mercantil de la muchachada descrita en el libro no me parece más que una genialidad. Al crecer rodeado de niños de mi misma edad, experimenté nuestro propio sistema de comercio de "valores", no obstante era más probable escuchar "te cambio un anillo por un juguete, o un juguete por otro" pero ¿un pedazo de vidrio azul por un gato muerto?. Producto de una gran lógica, creo yo, que tal sistema fue, si alguna vez existió. "Te cambio mi cabeza de langosta por tu coco" resonaba en mi mente mientras caminaba por las orillas del océano de Hemingway, preguntándome como hubiese sido la vida de Thomas Sawyer allí.

viernes, 4 de abril de 2008

Humedad, recuerdos y sonrisas

No me siento junto a un aroyo a llorar mis penas porque no es muy propio de un hombre tener penas, al menos admitirlas. En su lugar, se me da caminar junto al sendero impregnado del olor a barro y darle a mi espíritu un disfrute efímero de melancolía. Siempre venías con las primeras lluvias, llegabas en forma líquida con tu aroma a humedad e inundabas toda mi estación, meses de un par de calendarios. Pronto, no obstante, se dejó de tratar de vos. La lluvia sin retorno se convirtió en un concepto atmosférico y nunca más lírico. Mas, como es propio de los fantasmas y demonios, el cuerpo de recuerdos se quedó junto a la vereda, enterrado en el polvo hasta que llegase el beso torrencial del cielo. Hace un tiempo se trataba siempre de lo mismo: el barro, la humedad y vos. No me siento en la baranda del puente a llorar mis penas, porque no es muy propio de hombre tener penas, al menos darles cabida. El vaho de la tierra engaña mis sentidos y te torna palpable por un segundo. Con las aguas de los cielos venía tu rocío, poderosa escencia de tu misma alma. Para mi, fue lo mismo por mucho tiempo: vos en lluvia, vos en humedad, vos en barro, vos a lo largo del trayecto del sendero. No me siento en mi habitación a llorar mis penas por que no es muy propio de mi tener penas ahora, al menos darles importancia. Hoy fue diferente porque llovió lírico y me empapé de sonrisas. Mi cerebro recordó que te recordaba, pero no logró traer entero tu fantasma. Hoy se humedecieron mis zapatos con el adorno de la temporada que anteriormente te perteneció, pero tenían un tintineo distinto. Cantaban sobre las voces que hablaban de vos, pero nunca de vos. Hoy cayó sobre mí la alguna vez temporada nombrada en tu honor, no obstante, traía sonrisas y miles de gotas capaces de opacar cualquier antigua tempestad.