Hora en mi mundo

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San José, San José, Costa Rica
Escritor aspirante, Estudiante de inglés, Viajero en el velero de la vida

domingo, 27 de septiembre de 2009

Una reflexión interesante para todo tipo de novelista aspirante.

Hace unos días, en medio de una cena con pizza y vino en la casa de alguien a quien apenas conozco, se apareció ante mi el libro de la Casa de los Espíritus de Isabel Allende en una edición especial de la Editorial Sudamericana que incluía un libreto con dos relatos inéditos de la autora. Uno de ellos era más como una reflexión y se titula "El oficio de contar" y no pude evitar apropiarme de él y pedir permiso para traérmelo esa noche. El relato cuenta la experiencia de la autora, no en términos cronológicos sino líricos, en tantos años de traer personajes y mundos a la vida. Si alguien alguna vez se ha sentado frente a su monitor (seamos más romanticos, digamos ante una hoja de papel en blanco) con mil historias brotando de su mente y una vida mortal y efímera para contarlas, al leer la experiencia de esta autora se sentirá identificado. El texto trata de una gama de preocupaciones que le conciernen solamente a los escritores como la inspiración, la reconciliación entre la realidad y la fantasía, el oficio de contar, el abismo entre géneros literarios, entre otros.
La reflexión no se extiende por muchas páginas, por lo que vale la pena buscarla y leerla para sentirse orgulloso de la misión de contar. Estoy casi seguro de que la próxima vez que esté atascado en mi escritura, sin inspiración ni pizza y mucho menos vino, voy a tener el relato ahí en mi mente para cobrar fuerza y continuar este vida que me eligió a mí en el más maravilloso de los desastres.

miércoles, 8 de abril de 2009

Reescribir...


Cuando comencé a escribir tenía diecisiete años, una vaga idea de una trama contaminada por elementos autobiográficos, un conjunto de personajes casi calcados de un Final Fantasy y (la cereza para el pastel) un manejo pobre del español. No obstante, tras la muerte de mi papá me paré firme con mi desición de hacer algo por mi vida que dejara legado y dije: "¡Yo seré novelista!". Desde entonces empecé a escribir con más constancia y dedicación. Complementaba mis horas de ideas con estudio del español; el cambio de carrera en el 2006 me ayudó inmesurablemente a comprender la importancia de sustentar la creatividad con oraciones significativas y gramaticalmente correctas. Pero seguía el asunto de la trama ahí, en el aire... A principios del 2007, tras un período de insatisfacción con el argumento central, tomé las 200 páginas que había escrito en Word y tras hacer la selección de texto presioné el botón "suprimir". Desde entonces tantos personajes han corrido la suerte del primer escrito, la trama ha dado giros que nunca habría concebido con mi mentalidad de adolescente y Sagas sigue evolucionando. Tantas veces había escuchado esto y nunca le daba crédito: Escribir es, en realidad, reescribir hasta estar satisfecho del resultado. El viaje de Teok no se ha detenido por fortuna, pero me ha costado recuperar esas 200 páginas que había creado incialmente. Las personas me preguntan por mi novela porque en cinco años no han visto nada, pero talvez ignoran que reescribir la novela no es solo superar la idea y la redacción inicial, sino implica casi crear todo de nuevo. La paradoja del asunto es que si, reescribir hace la tarea más difícil, pero dejar de escribir sencillamente anula la tarea, entonces hay que seguir en el camino cuesta arriba. Esta nota no tiene ningun objetivo específico, solo quería compartir un pensamiento ahora que estoy a las puertas de llevar a Teok ante las autoridades de Rihem y me di cuenta de todo lo que debo cambiar. Deseenme suerte al REescribir.

jueves, 12 de marzo de 2009

Espacio inútil

El espacio es sólo espacio, una palabra, un sobrante
una sombra o una línea delimitando el lugar inútil donde ya no estás
un agujero engullendo mi delirio de ver como te materializás
en el espacio que es solo espacio, una palabra, un sobrante

La cama es un instrumento, una tortura, nunca un refugio,
una reunión de doseles asperos y recuerdos abrasantes, pero aun falta tu figura
un lecho frío de veladas sin el calor de tus piernas, termino aborreciendo
esa cama que solo es instrumento, una tortura, nunca un refugio

Las voces sólo son ruido, lamento indescifrable, castigo auditivo
oraciones y sermones lejanos carentes de tu entonación, tu acento, tu risa
No se asoma en mi corazón la verdadera alegría que provocaban tus susurros,
son solo voces o más bien ruido, lamento indescifrable, castigo auditivo.

Mis labios solo son eso, herramienta del cuerpo, anatomía
piel sonrosada ansiando el pigmento rojo resultante de su encuentro con vos
mi universo no gira ni se expande lejos de tu boca, no hay explosiones
cada vez que mis labios son solo eso, herramientas, anatomía.

El calor es sólo física, terminología, una definición
un sueño del efecto del sol, sólo una idea de estar despierto en tu ausencia
no sube mi temperatura, solo a mi cabeza cuando me enoja el espacio inútil
lleno de calor que es sólo físcia, terminología, una definición

El espacio es solo espacio, habladuría, concepto absurdo
recordatorio del lugar donde te entroné junto a mi cuerpo en verano e invierno
el espacio donde mi mente seguirá evocando tu fantasma
inútil espacio que es solo eso, un inútil eso, un nada.